Salvación Milagrosa
EE.UU.- Un niño de 8 años de edad, tuvo una ayuda sobrenatural al levantar el carro que tenía atrapado el cuerpo de su padre cuando este hacía una reparación mecánica en la casa en Sugar City, Idaho, Estados Unidos.
El niño J. T. Parker estaba con su padre, Stephen Parker y su hermano Mason, de 17 años, en el patio trasero de su casa cuando ocurrió el accidente, el 30 de julio de 2016.
“Estábamos sacando el motor del carro y después que lo conseguimos, fui a recoger los ejes”, recuerda Stephen.
“Uno de los ejes salió con facilidad, pero el otro no salía”. Stephen ajustó el eje y cuando lo movió de repente el vehículo marca Toyota Prius le cayó encima. Mason había entrado en la casa minutos antes, porque se había cortado la mano. La única persona que se encontraba cerca del padre era J. T.
“Yo le grité a J.T. del otro lado del carro, la gata, la gata, pon rápido la gata”, dice Stephen: “No me podía mover… Yo estaba totalmente atascado y acabé desmayándome”. J. T., que pesa alrededor de 50 libras, ajustó la gata e inmediatamente comenzó a utilizar la herramienta. “Daba miedo.
Yo pensaba que no podría levantar el carro, pero seguí intentándolo”, dice el muchacho.
Durante 15 minutos, él continuó moviendo la manija de la gata y el carro se levantó lentamente. Stephen dice que no puede recordar nada de eso. “Sólo recuerdo la sensación de paz”, dice el padre. “Recuerdo haber visto todo claro, por supuesto, un día feliz. Las nubes pasaron, todo era feliz y pacífico”.
Una vez que se levantó el carro, J. T. corrió a llamar a Mason. Los chicos llamaron a emergencia y esperaron, la esposa de Stephen, Jodi, llegó a casa. “Cuando llegué, vi a mi marido debajo de un carro. Mi corazón se desesperó”, recuerda.
Stephen fue llevado al Centro Médico Regional de Idaho en condición crítica. “Ellos hicieron varias pruebas en mí y todo lo que encontraron fueron 13 costillas rotas. Nada mi interior fue dañado. Fue un milagro”, admite Esteban.
Dos días después, el padre de los chicos estaba en casa. Ellos le preguntaron a J. T. si él levantaría ese carro de nuevo, y él respondió de inmediato que no podía hacerlo. Ese día, el muchacho contestó que tuvo la ayuda de “ángeles”.
Su madre, Jodi, está de acuerdo. “Todo lo que ocurrió fue un milagro. No hay otra manera de describirlo”, dice. “No hay forma que este niño lo hubiera hecho. Siento que nuestra nueva responsabilidad es decirle a la gente que todavía existen los milagros”.
Fuente: Cristianos al dia
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